Si vuestro hijo o hija no pronuncia de modo correcto el sonido /r/ fuerte hemos de observar a que se debe, ya que puede ser un vicio aprendido o puede estar motivado por alguna dificultad orgánica; es decir, puede que presente dificultades en la lengua o en su frenillo lingual que impidan la vibración correcta de la lengua que necesita para ese sonido.
Lo primero que hemos de hacer es observar anatómicamente la lengua de nuestro hijo o hija y ver su capacidad de movimiento. Le pediremos que suba la lengua hacia arriba, como si quisiéramos tocar la nariz, que la baje hacia la barbilla, que toque la cara externa de los dientes superiores, inferiores,…
Puede ser que nuestro hijo o hija sepa y pueda realizar todos estos movimientos por lo que seguramente no articula correctamente la r por un vicio adquirido y con ejercicios de praxias pueda aprender a realizarla de modo correcto. Si por el contrario, no es capaz de tocar con la punta de la lengua los alvéolos dentales superiores con la boca en semisonrisa (entreabierta) debe consultarlo con su pediatra.
Si estamos ante el primer caso desde la familia podemos realizar una serie de juegos y actividades que harán que el pequeño adquiera el uso correcto de este sonido.
Ø R: El fonema r es linguoalveolar, vibrante, múltiple y sonoro. Para articularla de modo correcto hemos de colocar las mandíbulas separadas, en semisonrisa; los labios estarán relajados y entreabiertos, dejando ver los incisivos superiores e inferiores y la parte inferior de la lengua.
Esta última, la lengua, apoyará con cierta fuerza en la protuberancia alveolar de los incisivos superiores. Sus bordes tocan la cara interna de los molares, la encía y parte del paladar, impidiendo de esa forma la salida lateral del aire. El sonido se produce cuando la presión del aire espirado vence la resistencia de la punta de la lengua, que se separa del paladar intermitentemente produciéndose varias y pequeñísimas explosiones.
Desde nuestra aula la trabajamos explicando el proceso en tres pasos:
2º Inspiramos profundamente.
A continuación, podéis ver algunos de los ejercicios de praxias de lengua que trabajamos en el aula frente al espejo y que podéis trabajar en la casa con vuestro hijo o hija.
Relamerse con la punta de la lengua los labios superior e inferior en movimientos circulares en ambos sentidos.
Sacar la lengua fuera de la boca y dirigirla a la nariz y al suelo alternativamente.
Sacar la lengua fuera de la boca y dirigirla a la derecha y a la izquierda alternativamente.
Tocar con la punta de la lengua los incisivos superiores e inferiores por fuera y por dentro alternativamente.
Tocar con la punta de la lengua los molares superiores de la derecha y de la izquierda alternativamente.
Doblar los bordes de la lengua hacia dentro formando un canal longitudinal.
Doblar la punta de la lengua hacia arriba y atrás con ayuda de los incisivos superiores.
Doblar la punta de la lengua hacia abajo y atrás con ayuda de los incisivos inferiores.
Chocar repetidamente la punta de la lengua con los dientes superiores.
Sacar y meter la lengua de la boca rozando la punta con los dientes superiores.
Arrastrar la lengua desde atrás hacia delante (paladar) y chocar con los dientes superiores.
Colocar la punta de la lengua entre los labios y hacer vibrar a estos con rapidez.
Con la punta de la lengua golpear suavemente la protuberancia alveolar superior.
Con la punta de la lengua rozar rápidamente la protuberancia alveolar superior: hacia adentro, con la cara superior, y hacia fuera, con la cara inferior.
Manteniendo la lengua en la zona alveolar superior, inspirar profundamente por la nariz y espirar el aire con fuerza suficiente para separar la lengua del paladar.
Realizar los ejercicios anteriores pero con la cabeza inclinada hacia atrás y oprimiendo las mejillas.
Además debemos hacer uso de los siguientes consejos o tareas:
§ No imitar sus producciones incorrectas, no repetir lo que ha dicho mal; cuando él pronuncie una palabra mal, no se la reforzamos reproduciéndola nosotros igual, se la repetimos de
§ Intentamos que nos observe la boca cuando le hablamos repitiendo de modo correcto las palabras que contienen el sonido trabajado. Intentamos por tanto, hablarle a su altura. Esta actividad la podemos hacer frente a un espejo, así podrá ver su boca y la nuestra y saber si lo hace igual o no.
§ No le regañamos cuando lo pronuncia mal, podemos alabar, sin excesos, cuando su articulación sea correcta.
§ Estimular la utilización de palabras que contengan el sonido rr y r. Podemos utilizar publicidad de la que nos llega a casa, libros, revistas o incluso hablar sobre algo que hay en la tele.
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